Llegaron a una cárcel ficticia buscando una forma rápida de ganar dinero
fácil. Ahora sólo buscan la manera de sobrevivir. Todo empezó como un
experimento científico protagonizado durante dos semanas por veinte
hombres que cobrarían por su colaboración 4.000 marcos. El proyecto
consistía en estudiar el comportamiento agresivo en un ambiente
carcelario simulado. A los participantes se les asigna el papel de
guardianes (ocho) o prisioneros (doce). Los prisioneros deben obedecer
las órdenes, y los guardias deben mantener el orden. Pero dar a un
hombre un poco de poder puede tener consecuencias insospechadas
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