"Maldita sea, Dick está muerto". Tras participar en el ensayo de su
grupo de música, el mejor amigo de Zeke y Earl muere sin motivo
aparente, por lo que sus compañeros deciden no contarle a nadie lo que
ha sucedido. Claro que su empresa es difícil: las noticias vuelan en un
pequeño pueblo de Alabama, y estos chicos no son precisamente unos
expertos a la hora de cubrir sus huellas. Las autoridades aún no han
podido identificar el cadáver, pero la mujer de Zeke y su hija comienzan
a sospechar que algo huele a podrido. Y no es precisamente Dick.
Andrei, un detective y probablemente el peor padre del mundo, se le complican las cosas un poco, cuando tiene en su casa una serie de visitas. Cada
uno de ellos tiene sus propias razones para buscar venganza contra
Andrei.
Miles, un divorciado deprimido, aspirante a escritor y apasionado del
vino, propone a su viejo amigo Jack, un actor fracasado que está a punto
de casarse, hacer un viaje para visitar viñedos y probar vinos antes de
su boda. Forman una extraña pareja: Jack es un seductor; Miles, un
pesimista. Jack pretende saborear sus últimos días de libertad, Miles
sólo aspira a paladear un vino perfecto. Jack se conforma con un Merlot
barato, Miles se muere por el perfecto Pinot. De hecho, lo único que
tienen en común son sus ambiciones fallidas y la pérdida de la juventud.